Viví a ciegas
y acabé con polvo en los pies
y el cerebro en ruinas,
me escapé de las heridas
pero volví a lo suicida,
comprendí
que si las espinas están ahí
es porque inyectan lecciones,
descubrí
que si dejas de seguir
puedes llegar a conclusiones inexplicables;
pero seguro que respiras aire puro
y crees que sigues vivo,
yo seguro estoy muerto
porque no siempre me hago mas fuerte
pero sigo vivo
porque nunca desenchufo la mente,
un estado tan bueno
que hasta lo explicaría sin palabras
pero no puedo,
siento la necesidad de hablar,
de expresar,
que sepan sin saber de mi
más de todo lo que escribí,
crear una vida nueva
en cada persona a la que llegue,
que lean, que entiendan,
que se desprendan
pero viviré con la conciencia
de ser casi poeta;
más cerca de la bohemia
que de la decencia,
las miradas por la calle
van del miedo a la desidia,
siempre respondidas con una de mis sonrisas
porque no todo es tan oscuro
como lo pinto,
porque se que hay cielos azules
y muchos semáforos verdes,
porque sé
que quedan momentos
y queda gente,
que incluso en un naufragio
aguanta algún superbebiente,
es la cara oculta de las cosas,
lo blanco dentro de lo negro,
lo loco dentro de lo macabro,
esa pequeña parte
que no quiere volver a ser gris
y me invade cuando le dejo
y eso suele ser siempre.
Bueno, nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas.
No puedes imaginar lo mucho que me sorprendió recibir tu comentario. Me acuerdo de ti, sí. Me causó muy buena impresión el hecho de que estuvieras allí repartiendo esos barquitos tan monos. Estaba de viaje de estudios y cuando volví a mi ciudad, me metí en tu blog y comencé a leerte. Creo que nunca te he comentado, pero debo decir que tienes un don para escribir. Cada una de tus entradas es un regalo para los lectores como yo. Me alegra que tú también me sigas ahora y te guste lo que escribo, esa es mi intención. Muchas gracias por tu comentario, sigue deleitándonos con tus entradas perfectas,
ResponderEliminarTe espero en mi mundo.