lunes, 10 de febrero de 2014

Mañanas de jazz...

Mañanas de jazz
y un par de huevos,
no se si hace frío ahí fuera
pero está oscuro, eso seguro,
el tiempo como siempre
se me vuelve relativo
desayunando ideas
que acaban siendo versos,
llego tarde, lo sé,
tal vez llegue
y nadie me espere,
como el cachorro que creció
entre los amantes de la infancia,
como la última hoja de otoño
del árbol en la cima de la montaña,
como aquel niño feliz
por vivir en su pequeña realidad.
Las horas del reloj siguen subiendo
y mi margen baja,
los ritmos acompañan mi huida
a la entrada del reino sin corazón,
caminando por la calle
con el viento siempre en contra,
viviendo atemporal
y escribiendo sobre el ayer.

Bueno, nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas.

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