lunes, 3 de junio de 2013

Vida matutina...

Con una parsimonía similar a la de mis noches
se rigen las mañanas en los pueblo
quitando siempre exaltados y trabajadores,
alguna falta de puntualidad y una comida quemada.
La gente camina tranquila por la acera,
siempre con la misma rutina de cada día,
dos pasos, saluda, dos pasos, saluda,
dos pasos, saluda, dos pasos, y para a hablar.
Incluso las cajeras de supermercados
se contagian de esa calma,
y realizan la misma acción
por cada cliente satisfecho.
Es el tiempo de los ancianos,
sin jóvenes exaltados corriendo y gritando
ellos salen a la calle con sus medias camisas a la vista,
se sientan en las terrazas y observan mientras comentan.
Incluso el Sol, ese astro que reina sobre sus boinas
se contagia de la situación
e irradia rayos menos potentes
para ir más acorde con el ritmo de la gente.
Todo es calma, tranquilidad,
lentitud y pausa,
todo es un poco más libre,
libertad que sientes cuando lo ves.

Nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas.

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