martes, 30 de abril de 2013

El diente de león... Parte I

Cerré los ojos y me volví pequeño,
muy pequeño, diminuto,
llegué al punto de que decenas como yo
cabían sólo en un dedo;
ahora era muy ligero
seguía estando sujeto
esperando la primera brisa de viento
para poder salir llegando donde él quiera,
que futuro más azaroso me espera,
lo dejo en manso de los cambios del clima.
Sopló por primera vez el viento y algunos se fueron,
nosotros, el resto, los miramos con envidia,
queríamos salir de la rutina,
después me enteré que esa no era la brisa;
volvió a soplar el viento y se fueron otra vez,
los miré pero yo no perdí la fe,
otros quizás pero yo tenía clara mi meta,
poder despegar.
Soplido tras soplido cada vez eramos menos,
al final estaba yo sin nadie para echar de menos,
podía intentar sacar fuerzas y dejarme caer ahí mismo,
pero no tenía que ese fuera mi sino,
era la última semilla de un diente de león
que seguía erguida en lo alto de la flor
esperando que viniera el viento.

Bueno, nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas.

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