martes, 27 de noviembre de 2012

En la cima...

En la cima,
rodeado únicamente del aire frío
que eriza mi cuerpo
y congela mis manos
intentando escribir.
En la cima,
donde se aprecia el aspecto fantasmal
del pueblo en el que
al ponerse el sol desaparece la gente.
En la cima,
en ese lugar donde apreciar
los elegantes movimientos
y extraños comportamientos
de los gatos que ahí pasean.
En la cima,
donde, como en aquel otro lugar,
hay un aura especial
que impulsa a esas manos,
atrofiadas por el frío,
a seguir escribiendo
lo que la Inspiración susurra al oído.
En la cima,
donde lo normal se vuelve extraño
y la oscuridad y la imaginación
pueden llegar a jugar malas pasadas.
En la cima,
ese lugar desierto
donde consigo olvidarme por un momento
que el mundo existe,
y eso me alegra.

A veces no es tan malo cambiar de aires.

Bueno nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas.

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