El hecho de ser una abeja representa más de lo que uno a primera vista pueda pensar; son cosas que vas pensando después de tantos momentos con el mismo seudónimo, el darle otro porque que no sea un simple anécdota.
Es trabajar en equipo con los que son iguales a ti o similares por lo menos, dejando a un lado pasivamente al resto de insectos que te puedas encontrar por el mundo.
Es dedicarte a algo sin pausa, desde el momento en que eres consciente de lo que eres hasta el momento en que dejas de serlo.
Es usar la violencia real solo en el momento que sea completa y absolutamente necesario, una abeja solo puede usar su aguijón una vez y tiene que elegir bien cuando será, no puede desperdiciarlo por nada; y de igual modo, aunque no suponga la muerte, no se puede ir por la vida como una persona que al menor contratiempo usa la violencia como modus operandi; hay que saber pensar, reflexionar y usar esa violencia que no tiene otro fin que destruir como último recurso.
Bueno, nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas.
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