miércoles, 18 de abril de 2012

Un ciclo...

Un ciclo, eso es lo que es, un círculo que desde que empezó, desde que esa línea recta se curvó y no volvió a enderezarse, pasa en mi vida igual que pasan las agujas del reloj. Yo antes era la persona más feliz que conocía, no consideraba la opción de que nadie fuera más feliz que yo; vivía contento. Pero un día, sin previo aviso esa felicidad comenzó a menguar de forma impredecible para mi, pero mi humor empeoraba y mis respuestas rozaban la barbaridad en muchos casos. Yo no me daba cuenta de eso, no era consciente pero lo veía reflejado en todo aquello que escribía, todo estaba bañado con ese aire melancólico y triste que me envolvía pero yo no le hacía más caso del que le haré a cualquier otro acto a mi ver inverosímil.Todo seguía igual hasta que una noche, con ayuda de una persona para mi bastante especial, decidí cambiar, volver a los inicios, volver a ser el niño feliz de antes y lo conseguí por lo menos durante un tiempo. Mi humor mejoro, mis letras eran más positivas, todo iba bien. Pero otra vez, volví a el segundo estado, aunque quizás no llegué a el mismo grado que la primera vez, fue más una absorción de la rutina pero el resultado fue el mismo prácticamente. Volvieron las letras tristes y llenas de rabia, el mal humor y demás consecuencias pero otra vez recibí una ayudita, una frase que me incitaba a ser más positivo y, sinceramente, a mi eso me basta. A otras personas puede que no, pero a mi, el saber que puedo hacer algo bueno, algo bonito me resucita, me hace volver a la línea recta del principio; solo el mero echo de recordad como fui y los buenos resultados de entonces. Bueno, una pequeña etapa de mi vida, no creo que sea la única, venga, seguid con vuestras cómodas vidas.

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